Cómo escribir diálogos es uno de los temas que más dudas provoca al escritor, tanto principiante como con cierto nivel de experiencia. Aunque no me refiero ahora a cómo escribir en un diálogo la puntuación —que también tiene su miga—, sino a utilizar el diálogo como una herramienta narrativa eficaz.
Porque el diálogo es uno de los PILARES ESENCIALES DE LA NARRATIVA: ayuda a narrar, a definir personajes, situar en contexto algunas situaciones, dramatizar…, pero es un arma de doble filo si lo utilizas de cualquier manera.
Hay que usarlo con prudencia y siempre que ayude al avance de la trama o ayude a describir personajes, relaciones y situaciones. Y sobre todo:
Escribir diálogos inteligentes significa ir más allá de
lo que en apariencia dicen las palabras.
Por eso recomiendo preguntarse siempre dos veces: ¿DE VERDAD ES NECESARIO ESTE DIÁLOGO?
Y si tienes dudas o decides que no, elimínalo sin contemplaciones. Si te gusta especialmente siempre puedes usarlo en otro lugar o, incluso, en otra historia.
Hoy quiero mostrarte cómo escribir diálogos inteligentes y también señalarte los errores que no debes cometer.
Pero antes de eso vamos a ver los…
Beneficios de escribir buenos diálogos
En primer lugar, la buena utilización del diálogo otorga CREDIBILIDAD.
El hecho de que sean los mismos personajes quienes informan al lector sobre detalles de la historia y sobre sí mismos, les reviste a ellos de autenticidad y dota de verosimilitud a la información que transmiten.
Digamos que es una comunicación directa entre el personaje y el lector, sin el «filtro» de un narrador —sobre todo si este es en tercera persona—.
También permite que se avance en la acción: lo que un personaje le dice a otro —y a veces cuándo y cómo se lo dice—, va definiendo el argumento y produce variaciones en la trama.
Otro beneficio directo del diálogo es que muestra rasgos distintivos de la personalidad y psicología de cada personaje. Esto facilita que los «veamos» a través de sus voces únicas.
Es un método altamente efectivo para que ellos mismos se den a conocer sin que el narrador deba dar más explicaciones.
Para escribir diálogos inteligentes, ten en cuenta también lo siguiente:
Y no solo lo que se callan, pero te hablaré de este punto algo más adelante.
El uso del diálogo es un recurso narrativo complicado de manejar de forma inteligente y se precisa práctica. Sin embargo, puede ser una fórmula eficaz de ECONOMÍA NARRATIVA si lo empleas bien.
Como te dije un poco más arriba, es un arma de doble filo; porque todo lo que tienen de bueno lo tienen de TRAMPOSO.
Escribir diálogos inteligentes también implica evitar estas trampas, lo que me lleva a los…
Errores más frecuentes al escribir diálogos
Y es que, a la hora de escribir narrativa, casi siempre es más útil saber lo que no hacer que lo que sí.
¡Pon mucha atención a esto!
ERROR #: 1DIÁLOGO DEMASIADO LITERARIO
Se da cuando un diálogo es gramaticalmente perfecto y contiene el vocabulario preciso… pero suena extraño cuando lo dice una persona.
Esto forma parte de un error que, muy posiblemente, puedas cometer en todos los aspectos de tu narración y no solo en los diálogos: llevar puesta LA MÁSCARA DEL ESCRITOR.
Pero en el diálogo —y en realidad en todo lo que escribas— te conviene tener esto en cuenta:
Es mejor producir la impresión de una conversación espontánea
que la de un texto muy pulido
A no ser, por supuesto, que estés dando voz a un personaje que habla con engolada perfección y con ello estés reflejando su personalidad.
Si no es el caso, incluso es recomendable usar coloquialismos o vulgarismos. Eso sí, ten cuidado de no caer en el extremo contrario y comience a sonar chabacano SIN DESEARLO.
De nuevo, claro, te puede interesar dar voz a un personaje con esa característica de su personalidad.
Veamos un ejemplo de este error bastante frecuente:
—Cierto que hoy hace un día despejado, con abundantes claros que permiten gozar de este sol primaveral.
Pero más coloquial sería:
—Hoy hace un día estupendo… vamos a gozar del sol, que ya es primavera.
Como te habrás dado cuenta —aunque esto es obvio y muy intuitivo— el diálogo depende directamente del personaje que lo pronuncia y siempre va ligado a su rol, psicología y personalidad.
ERROR #2: DIÁLOGO AMPULOSO
También conocido como DIÁLOGO ADMINISTRATIVO, íntimamente ligado al error anterior y a la máscara del escritor, se da cuando los personajes hablan de forma solemne y afectada.
Por ejemplo:
—Disculpa, debido a las circunstancias me ha sido del todo imposible resolver ese asunto del que ayer hablamos, pero enseguida procederé a la investigación de los hechos.
Puede resultar útil para retratar a un personaje peculiar, cómico o irónico… también se puede utilizar en boca de un abogado en un juicio y ambientes parecidos.
Pero por lo general, incluso en ciertos ámbitos,
ERROR #3: DIÁLOGO TELEGRAMA
Es el diálogo construido con frases cortas que en realidad no expresan nada RELEVANTE.
No es recomendable abusar del diálogo para pintar situaciones sin interés o demasiado cotidianas. Por desgracia, como editor independiente para autores independientes, estoy acostumbrado a leer PÁGINAS ENTERAS de diálogos irrelevantes.
Es preferible cargarse esas situaciones con un RESUMEN por parte del narrador y listo.
Un ejemplo:
—Hola, qué tal…
—Pues aquí, esperando.
—¿Y hace mucho?
—No, qué va.
—Qué bien.
—Pues sí.
Cuando el narrador podría decir…
Cuando llegó le dio la sensación de que llevaba mucho rato esperándole, pero le quitó importancia diciéndole que, en realidad, también acababa de llegar.
ERROR #4: DIÁLOGO DEMASIADO EXTENSO
Es justo el extremo contrario del error anterior: cuando un personaje explica toda su vida en verso, cuenta absolutamente todos sus problemas o bien dicho personaje cumple la función de alter ego del escritor, soltando un dramático y profundo discurso que resume el tema central de la novela… por si no ha quedado bastante claro.
Además, se da el caso de que estamos muy acostumbrados a los discursitos finales que al cine de Hollywood tanto le gustan.
No es la mejor manera de transmitir ideas mediante la narrativa. Para eso está el libro de ensayo.
La narrativa es el arte de decir grandes verdades contando grandes mentiras, pero esas verdades calan de manera más profunda si van insertadas en las metáforas, giros, personajes y situaciones, que si se dicen abiertamente.
A los seres humanos nos encantan las historias,
pero detestamos que nos sermoneen
Y algunas de las mejores obras de arte de todos los tiempos son las que han burlado censuras y prejuicios con la metáfora, la parábola, el doble sentido y el ingenio.
Como todo en esta vida, siempre puede haber excepciones a la regla. En alguna ocasión, lo coherente puede ser lo directo, el desahogo del personaje o la verdad descarnada; pero evita el «discursito a la americana» siempre que puedas y no caigas en la trampa de usar a tus personajes como un altavoz de tus propios ideales.
ERROR #5: DIÁLOGO REITERATIVO Y OBVIO
Consiste en decir con un diálogo algo que ya sabemos por el narrador o bien por otro personaje, pero dicho de otra manera. Por ejemplo,
Miguel era un mochilero que recorría el mundo con lo puesto y algunas mudas de ropa, una cámara fotográfica y el brillo en los ojos de quien ha visto mucho pero sabe que le queda todavía más por ver. Se acercó a una joven en la terminal y le preguntó por el horario del autobús que debía llevarle a su próximo destino. Por suerte, hablaba un buen inglés. La chica se interesó por lo que le había llevado a esa parte remota del planeta.
—Solo soy un viajero que no lleva más que lo puesto, aparte de una cámara de fotos, y que desea ver el mundo con los ojos de un niño.
Si quieres escribir diálogos inteligentes, esta sería una excelente ocasión para darle la vuelta a la situación: puedes dar una información nueva al lector, revelar la personalidad del personaje y sorprender con una respuesta inesperada:
—Me dijeron que aquí vive la mujer más hermosa del mundo y quería conocerte.
Todo un pícaro, este Miguel 😀
Solo se debe reiterar la información si es estrictamente necesario para destacar un dato valioso, por ejemplo cuando nos interesa que el lector se fije muy bien en el nombre de cierto personaje.
En la película del maestro del suspense Alfred Hitchcock, Con la muerte en los talones, se insiste mucho durante los primeros minutos en el nombre de Roger O. Thornhill, el personaje que interpreta Cary Grant. Lo hace porque en otro momento se hará pasar por George Kaplan y una confusión definirá desde ese momento el argumento de la película, así que esta reiteración tiene una COHERENCIA NARRATIVA bien clara.
Una variedad de este error es cuando los diálogos explican lo que ya ha quedado claro —o debería haber quedado— gracias al desarrollo de los acontecimientos.
Por miedo a que algo no quede del todo bien explicado, el autor lo remarca por medio de un personaje para dotar a ese algo de verosimilitud, cuando en ocasiones lo que se hace es repetir obviedades.
que no has sabido transmitir mediante el narrador
ERROR #6: DIÁLOGO INDIFERENCIADO
Se da cuando todos los personajes hablan igual, sin diferencias de personalidad y a veces ni siquiera de género o nivel cultural.
Aprovecha los diálogos para que el lector «vea» a los personajes, hasta el punto incluso de poder distinguirlos por cómo se expresan.
Fíjate en lo diferentes que parecen estos personajes por su manera de hablar:
—A él le gustaría que fuera más activa… no sé… debería salir más de casa, ¿no crees? Apuntarme a un gimnasio, pasear en bicicleta… ¡Estoy hecha un lío!
—Haz lo que te dé la gana, chica. Hazlo porque quieres, no por él.
—¿En serio? Pero podría perderle, si no… A mí me da igual salir que quedarme en casa. Bueno… a veces, depende de los días, ya sabes… ¿no?
—No. Yo sé lo que me apetece y prefiero quedarme en casa. Y a quien no le guste, que no venga.
Más allá del discurso, este diálogo está revelando dos personalidades diferentes con la forma de usar las palabras, la longitud de las frases y su ritmo, el carácter interrogativo o imperativo de las oraciones… Como dije al principio:
Y es que esta es una de las claves más importantes, pero permíteme ahora unos consejos sobre…
Cómo escribir diálogos inteligentes
El lector puede hacer deducciones, más o menos obvias, según la conversación mantenida. Por ejemplo,
—¿Dónde pusiste mi cuchillo?
—En la cómoda. ¿Vas a salir esta noche?
Aunque en esta situación falta el CONTEXTO, se adivina una relación de complicidad entre estos dos personajes… y se intuye cierta actividad nocturna escalofriante por parte de uno de ellos.
Un buen diálogo permite conocer o intuir otros factores: ambientales, de relaciones, de actitudes… también permite, en ocasiones, anticipar acontecimientos, transmitir una tensión latente o sonar a reproche contenido.
Se hace un mal uso del diálogo cuando no se le permite al lector PARTICIPAR de las implicaciones contenidas en una conversación bien construida. Como contraposición al diálogo citado:
—Cariño ¿dónde guardaste mi cuchillo, ese de carnicero, el de matar?
—Lo guardé en la cómoda junto a nuestra cama de matrimonio. Si sales a asesinar inocentes esta noche, ve con cuidado.
Podría valer como diálogo cómico, pero si utilizas algo similar en una historia seria, puedes hacer un RIDÍCULO ESTREPITOSO.
Como he adelantado en la introducción, algunas veces la AUSENCIA DE DIÁLOGO es la mejor manera de utilizarlo. No solo por lo que se calla un personaje, sino por lo que no responde cuando se le pregunta.
Un oportuno silencio o una sola palabra en el momento idóneo puede expresar muchísimo más que mil palabras.Haz click para twittearPor ejemplo:
—Dime que me has amado. Al menos un solo día de tu vida.
Ella se levantó y se encogió de hombros. Después de mirarme fijamente unos segundos, sin ningún tipo de emoción en los ojos, me dio la espalda y se fue.
Mucho más elocuente que escribir un largo diálogo de varias líneas —incluso páginas— de una discusión plagada de excusas, ¿no crees? Y la carga emocional es, desde luego, potente.
Como lectores nos gusta que se valore y se tenga en consideración nuestra inteligencia, nuestra capacidad de deducción… pero a la hora de escribir dudamos en demasiadas ocasiones de la inteligencia de los lectores.
Tampoco hay que caer en la trampa del diálogo EN APARIENCIA inteligente pero que en realidad lo que hace es ESCATIMAR INFORMACIÓN. Recuerda siempre esto:
El lector no puede leer los pensamientos del autor, ni dar nada por hecho,
si antes no se le han facilitado datos suficientes
Insinuar, sí; sugerir, por supuesto. Pero asegúrate siempre de establecer el CONTEXTO para que el lector pueda hacer sus propias deducciones o suposiciones.
Todos esos aspectos se pulen ganando seguridad con la práctica, con la adquisición de recursos narrativos y con el conocimiento profundo de las herramientas del escritor.
Una propuesta inteligente
La narrativa es un arte con infinidad de aspectos a tener en cuenta y todos los elementos de una historia están relacionados entre sí.
Lo que has leído aquí es solo LA PUNTA DEL ICEBERG.
Si estás leyendo esto puedes considerar que has tenido suerte; tal vez el destino te ha traído hasta aquí para que leas lo que voy a proponerte ahora…
Porque de julio a octubre de 2020 voy a impartir un programa intensivo PARA ESTUDIAR EL ICEBERG COMPLETO.
Es el programa que me hubiera gustado seguir a mí cuando empezaba en serio con esto de la escritura, ¡me hubiera ahorrado años de investigación!
Pero por fin, tras años de estudio, práctica, experiencia como editor de contenidos y facilitador de cursos y talleres para escritores, he descubierto LOS 7 PILARES DE LA NARRATIVA en los cuales se apoya una novela.
Es decir, el 80 % de todo lo que necesitas entender de la narrativa para escribir novelas apasionantes concentrado en unas semanas de contenido estructurado, claro y fácil de aplicar en la práctica.
Todo limpio de polvo y paja para ir directo al meollo de la narrativa, sin rodeos, ni callejones sin salida.
PERO ESO NO ES TODO, porque también vamos a trabajar ese otro 20 % de todo lo que se necesita y que hace escritor a un escritor.
Así de claro.
Una oportunidad única de participar en un programa intensivo de 9 semanas y una dedicación de 3 o 4 horas por semana que te conducirán a tu pleno potencial.
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me gustaría seguirte, pero no se como hacer yo tengo Blogger de google.